Este maravilloso juego ruso no necesita traducciones ni instrucciones. ¿No extrañan los viejos tiempos de las computadoras hogareñas, cuando aún el furor explicativis yanqui no había sido naturalizado y a los juegos había que descubrirles el sentido?No esperen poder contener un suspiro de melancolía quienes jugaron al Carmen Sandiego o al viejo Hacker.
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